Todo comenzó en el barrio de Alstona, Hamburgo ,2005, un extraño suceso pasaba en un estanque cercano, sonidos parecidos a disparos sonaban cerca de un estanque de la zona. Cuando los vecinos llegaron a la charca no podían creer lo que veían con sus ojos: los sapos se hinchaban el triple de su tamaño para terminar estallando.
Debido a estos acontecimientos el estanque fue bautizado con el nombre de "Estanque de la muerte".
Rápidamente el rumor se extendió y numerosos científicos se trasladaron a Alstona para averiguar que les sucedía a los sapos de la zona. Investigaciones científicas comprobaron la calidad del agua, pero no había nada extraño en ella, después se crearon varios hipótesis como la de hubieran contraído un virus a partir de las heces de los caballos que pasaban por una carretera cercana. Incluso se habló de suicidios con el objetivo de controlar la superpoblación de la propia especie en la zona.
Pero el Doctor Frank Mutchsmann ( un especialista en anfibios) descubrió que los sapos explotaban debido todos tenían una herida circular en sus espaldas y les faltaba el hígado. Tras varias comprobaciones descubrió que quien estaba arrancando el hígado de los sapos no eran ni los zorros ni los hurones, si no los cuervos.
Según el Dr. Mutchsmann: “Era claramente obra de cuervos, los cuales son suficientemente inteligentes como para saber que la piel del sapo es tóxica y decidir que el hígado es la única parte de la que merece la pena alimentarse”.
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